En los últimos meses, el mundo ha vivido uno de los peores años en lo que a desastres naturales se refiere. En México, estos eventos, aunados a las celebraciones por el Día de los Muertos y Halloween, los niños se han visto expuestos al tema de las pérdidas y la muerte una y otra vez.
Esto nos obliga a considerar que, si los adultos no siempre estamos preparados para enfrentar un desastre natural, los niños lo están mucho menos.
Y de eso hablaremos el día de hoy.
Sabes qué hacer ante una crisis? Sabes cuáles son los síntomas que se presentan en los niños ante ellas? Y qué puedes hacer para ayudarlos?
Cuando se vive una crisis de esta naturaleza, no solamente sufren los directamente afectados; cuando los niños empiezan a escuchar lo que está sucediendo, temen por su propia seguridad y la de sus seres queridos. Además, debido al fácil acceso que hoy en día tenemos a la información, los niños escuchan lo que está sucediendo en otras partes del mundo… de manera que experimentan un verdadero bombardeo de noticias que les causan angustia y que no están preparados para manejar.
Los eventos traumáticos, como un incendio, una inundación, un huracán o un temblor, tendrán un impacto mayor en algunos niños que en otros. Lo primero que debemos hacer es asegurarnos que no le ha pasado nada «grave» al niño; esto es claro. Pero lo que no nos queda tan claro es que, muchas veces, las necesidades emocionales de los niños se dejan de lado.
Los niños necesitan consuelo, saber que no están solos. Esto lo pueden hacer los padres, otros familiares, amigos de la familia y los maestros.
Recuerda también que debes cerciorarte que tú estés bien; no podrás apoyar a los niños hasta que te hayas hecho cargo de tus propias necesidades y sentimientos. Si no te sientes listo para hacerlo, pide ayuda!
Como dice el aviso de seguridad de los aviones: en caso de una pérdida inesperada de oxígeno, coloca primero una mascarilla sobre tu nariz y boca – sólo entonces podrás ayudar a los menores que viajan contigo.
Es posible que tú misma necesites ayuda para hacer frente a sentimientos como la tristeza, la impotencia, el miedo y la ira. Identifica cuáles son tus redes de apoyo y búscalas!
Las reacciones de los niños después de un desastre natural.-
Lo primero que debemos tener en cuenta es que las respuestas de los niños ante las crisis representan patrones normales ante situaciones anormales; son intentos de adaptación. Y varían de acuerdo a diversas razones:
- La edad.-
Los niños de diferentes edades reaccionan de manera diferente . Como muchos niños pequeños aún no son capaces de comunicar verbalmente sus sentimientos, los adultos debemos descifrarlos a través de su comportamiento; por su parte, los niños mayores son más a menudo capaces de decir cómo se sienten.
- La cercanía al evento.-
Algunos niños pueden haber vivido el evento más de cerca que otros, y haber experimentado más miedo que otros. Por ejemplo: pueden haber sido evacuados de la zona, haber sido separados de sus familiares (o sus mascotas…), haber perdido sus pertenencias o a sus familiares. Cualquiera de estas situaciones pueden ser muy angustiante para los niños.
- El alcance del evento.-
Cuando toda una comunidad se ve afectada por un desastre, a veces los niños se sienten abrumados por las discusiones y la falta de organización (natural) de los adultos.
De qué manera reaccionan los niños? Cómo puedes ayudar.-
- Ansiedad, miedo y preocupación por la seguridad de ellos mismos y de otros
Los niños se preocupan por la seguridad de su familia, de sus mascotas, sus pertenencias y su seguridad personal
Permite a los niños hablar o usar el juego para comunicar sus preocupaciones. Esto les ayuda a dar sentido y a poder empezar a aceptar y asimilar la experiencia.
Escúchalos y valida sus sentimientos
Estos miedos suelen disminuir en las semanas siguientes al evento.
- Muestran signos de cansancio y ansiedad
Pueden presentar, por ejemplo, mayor sensibilidad al ruido y/o a los estímulos relacionados con el evento (por ejemplo: en caso de un incendio – reaccionar ante el fuego, el humo, las sirenas y los ruidos fuertes).
Tú puedes ayudar si le explicas, por ejemplo, la necesidad del ruido de las sirenas.
- Cambios en su conducta; por ejemplo:
˚ estar demasiado quietos o llorar frecuentemente
˚ disminución de la concentración
˚ explosiones de ira
˚ retraimiento
˚ estar en “estado de alerta” continuo
˚ dificultad para alejarse de mamá y papá
˚ regresiones – es decir, presentar conductas que corresponden a etapas anteriores del desarrollo – por ejemplo, orinarse en la cama, cuando ya no lo hacían o volverse más dependientes.
˚ cambios en el apetito y los hábitos alimenticios
Estos cambios suelen ser un temporales, pero a veces se requiere ayuda para superarlos. Si después de aproximadamente un mes estas conductas no desaparecen o empeoran, consulta a un especialista.
Buena suerte!
Este tema se presentó en radio el 13 de Noviembre de 2013 y se publicó en bbmundo
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